En Asturias conocidas como llamparas o lamparas, son bastante apreciadas gastronómicamente y recolectadas por mucha gente, sin embargo, son pocos los que reparan en que hay más de una especie de lapa. Las dos especies más típicas de los pedreros del cantábrico son estas:
Patella vulgata
Sus conchas son cónicas de hasta 5,5 cm de longitud y la pared es gruesa. El ápice se sitúa prácticamente en el centro y de el parten nervios radiales que llegan hasta los bordes. Sus conchas varían extraordinariamente en cuanto a forma y color. Normalmente, los ejemplares situados más arriba que permanecen más tiempo en seco durante la bajamar forman conos más agudos. El cuerpo es de color verde oliva, gris o amarillento. Se alimentan de algas adheridas a las rocas. Los huevos fecundados dan lugar a larvas de vida libre, pelágica que luego sufren una metamorfosis y se fijan a las rocas.
Patella ulyssiponensis
Presenta un contorno irregular. El ápice está situado un poco adelantado respecto al centro. Esta especie es menos resistente a la sequedad que la lapa común por eso se situa más abajo en la zona intermareal o en las charcas que quedan una vez que ha bajado la marea.
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