"Cuando las olas se han aquietado y el agua está en calma, entonces se refleja la luz y se puede vislumbrar el fondo." (Swani Vivekanada)

viernes, 2 de diciembre de 2011

Hábitos de un depredador. Ejemplo: Lubina.

La lubina no es un depredador que se caracterice por coger indiscriminadamente cualquier tipo de alimento dentro de su gama aceptable de comidas. Se dice que un animal presenta preferencia por un tipo particular de alimento cuando la proporción de dicho alimento en la dieta del animal es superior a la proporción de ese alimento en el ambiente en el que vive el animal.


Por tanto, para medir la preferencia alimenticia no sólo es necesario examinar la dieta del animal (habitualmente mediante el análisis del contenido intestinal), sino también determinar la disponibilidad de los distintos tipos de alimento, cosa que no es nada sencilla pues no basta un simple muestreo del ambiente, sino que debe de valorarse esta disponibilidad según los ojos del animal, no del investigador.

En animales carnívoros suele existir una preferencia por aquellos alimentos más valiosos dentro de los disponibles, seleccionándose aquellas presas que son más beneficiosas en términos de ingestión energética por unidad de tiempo gastado manejando la presa. Es decir, el depredador seleccionará aquellas presas que le aporten más energía y le ocasionen menos trabajo, mostrándose indiferente a otras presas potenciales cuya captura requiere mucho trabajo y proporcionan poco aporte energético.


Las preferencias de muchos depredadores son fijas, es decir, se mantienen independientemente de la disponibilidad relativa de los tipos alternativos de alimentos. Pero otros depredadores, como la lubina, permutan sus preferencias, de modo que los alimentos son ingeridos con una frecuencia desproporcionada cuando son abundantes y son ignorados con una frecuencia desproporcionada cuando son raros. Este fenómeno observado en muchos depredadores se puede deber a varios factores, pero el factor principal es que el depredador puede ser más eficiente o tener más éxito al atrapar el tipo de alimento más abundante y esto puede deberse a que el depredador cada vez tiene más éxito en sus ataques a medida que aumenta su experiencia, cosa que ocurre con las presas más abundantes.


Para obtener un alimento el depredador debe de gastar tiempo y energía, primero en buscar su presa y luego en manipularla (es decir, perseguirla, someterla y consumirla). La búsqueda puede estar dirigida hacia varios tipos de presas, pero mientras busca es posible que el depredador encuentre una gran variedad de posibles alimentos.


El problema que se plantea es el siguiente: Un depredador especialista puede requerir mucho tiempo y energía para encontrar la presa más provechosa, mientras que un depredador generalista puede dedicar poco tiempo a la búsqueda pero perseguirá tanto presas provechosas como improductivas. Un animal que busque óptimamente su comida debería equiparar los pros y contras con el fin de maximizar su tasa total de ingestión energética.


Nos preguntamos, ya que un depredador incluye ya un cierto número de elementos productivos en la dieta, ¿debe de ampliar su dieta (reduciendo con ello el tiempo de búsqueda) mediante la inclusión de elementos algo menos productivos?
En este caso podemos encontrar varias respuestas:


1. Si el tiempo de manipulación de la presa es relativamente pequeño en relación con el tiempo de búsqueda, al depredador le conviene ser generalista, pues en el poco tiempo que necesita para manipular una presa que ya ha encontrado apenas pueden empezar a buscar otra presa. Así a la lubina, en un ambiente en el que las presas escasean y la probabilidad de encontrarse con una presa es muy baja, le compensa perseguir durante varios metros a un pez, puesto que puede tardar mucho tiempo en encontrarse con otro.

2. Si el tiempo de manipulación es largo en relación al tiempo de búsqueda es mejor ser especialista. Imaginemos a la lubina en un estuario en el que se encuentra rodeada de multitud de pequeños peces, los cuales podrían ser presas potenciales, en este caso, el tiempo de búsqueda es muy pequeño pero el tiempo de manipulación (sobre todo persecución) puede ser muy largo, en este caso a la lubina le conviene atacar a aquellas presas inmaduras, lesionadas o viejas cuyo tiempo de manipulación es menor.


Considerando esto, según esta teoría, la lubina tendría una dieta más amplia en ambientes no productivos, en los que las presas son relativamente raras y el tiempo de búsqueda es elevado que en un ambiente productivo donde el número de presas es relativamente elevado. Esto no tiene porque ocurrir siempre, pero este tipo de comportamiento ha sido favorecido por la selección natural, presentando mayor probabilidad de sobrevivir aquellos animales que se ajustan en mayor medida a estos comportamientos.




Foto: Contenido estomacal de una lubina pescada a finales del mes de octubre, muestra claramente un comportamiento generalista, lo que hace suponer que se movía en un ambiente de escasez de alimento.


5 comentarios:

  1. Si a todo.

    Lo más importante es darles lo que buscan en esa época del año. También hay que pensar que al igual que las truchas, muchas veces esperan a que el alimento les pase por delante, mínimo esfuerzo. Cuando la comida es escasa son menos selectivas pero al mismo tiempo no salen detrás de algo que no sea captura fija por no mal gastar sus reservas de energía. No son inteligentes pero una lubina que llegue y pase los 3 kg ya lleva varios años en el mar, por algo será.

    Un saludo. Frank

    ResponderEliminar
  2. la verdad que les vale todo. buen trabajo caborno

    ResponderEliminar

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...