"Cuando las olas se han aquietado y el agua está en calma, entonces se refleja la luz y se puede vislumbrar el fondo." (Swani Vivekanada)

sábado, 5 de mayo de 2012

Lubina: Talla máxima permitida 60 cm

¿Os imaginais algo así en un futuro?

De golpe y porrazo se acabaría con la ilusión del pescador deportivo, que locura, ya no pueden pescarse los grandes ejemplares, se acabó el sueño de pescar la pieza de tu vida, de superar tus records...

No os asusteis, lógicamente el título de esta entrada peca de sensacionalismo, pero el futuro sostenible del mar puede ir en esa dirección.

En el número 513 (marzo de 2012) de la revista Mar, el biólogo José Manuél Martín de la Sierra, en un maravilloso artículo que aquí os resumo, nos habla de un enfoque alternativo a la gestión pesquera:

"Son cada vez más numerosos los científicos y expertos que afirman que es necesario un cambio en el modelo de gestión de pesquerías. La propuesta más polémica trata de cambiar el modelo actual de protección de juveniles por otro que se asiente en la protección de los peces adultos reproductores, basándose en las últimas investigaciones científicas.

En la actualidad, la política de la Unión Europea centra sus esfuerzos de conservación en medidas técnicas dirigidas a la conservación de sólo una fase de la etapa biológica de la especie, que es la fase juvenil; principalmente mediante el establecimiento de tallas mínimas y el aumento de selectividad mediante el tamaño de los anzuelos y las mallas en las redes de pesca. En cambio, se olvida de proteger a los grandes reproductores.
 
Estas medidas se dictaron bajo la argumentación de que se debía garantizar que una parte de la población de peces pueda reproducirse al menos una vez, permitiéndole llegar a la madurez sexual o talla de primera reproducción. Dichas normas han provocado una selectividad dirigida en exceso hacia los ejemplares inmaduros, aumentando la presión pesquera sobre los ejemplares más grandes de la población.
 
MEDIDA INEFICAZ
 
Por desgracia, la experiencia ha demostrado que todas estas medidas no han servido para frenar la situación actual de sobreexplotación de los recursos. En las aguas europeas en la actualidad, a pesar de la reducción de parte de la flota, la sobreexplotación persiste debido al aumento de capacidad de pesca de los nuevos buques construidos.
 
Como consecuencia, nuestras flotas se enfrentan, cada vez más, a una mayor escasez de recursos y a la pérdida de calidad en las capturas (reducción de tamaños y de especies de alto valor comercial), lo que está provocando una pérdida considerable de rentabilidad económica.

Si retrocedemos en el tiempo, al inicio de la historia de las pesquerías humanas, observamos cómo el tamaño medio de los peces se ha ido reduciendo por la presión humana, de forma que lo que consideramos hoy como el tamaño natural es francamente erróneo (un ejemplo lo encontramos en el gráfico que muestra la reducción de tamaño del bacalao del Báltico a lo largo del tiempo).

 PROTECCIÓN DE LOS EJEMPLARES REPRODUCTORES

La política actual de protección de peces inmaduros parece haber sido un desastre, dado el elevado nivel de sobreexplotación de las poblaciones de peces. Para entender la aplicación de este nuevo enfoque, primero hay que tener en consideración la biología de las especies marinas. En este sentido, los peces, al contrario que los mamíferos, mejoran su capacidad reproductiva (fecundidad) conforme van aumentando de tamaño y de edad.

Por ejemplo, el atún rojo puede poner desde los 5 millones de huevos al principio de su madurez hasta los 40 millones tras varios años de crecimiento. De esta forma, los ejemplares de menor tamaño reproductor aportarán menos a la regeneración de la población. Al mismo tiempo, también se va incrementando la calidad de la puesta y, por tanto, con la edad también aumenta la probabilidad de supervivencia de la descendencia. Por otro lado, los peces nunca dejan de crecer a lo largo de toda su vida, pudiendo llegar algunas especies hasta los 50 años de vida o más.

Sin embargo, en las pesquerías españolas no existe todavía esta preocupación e interés por hacer una gestión basada en la protección de poblaciones mínimas de peces adultos reproductores. No es éste el caso de EEUU, donde tienen unas pesquerías mucho más saneadas que en Europa. Precisamente, fue en este país donde surgieron científicos que, con sus investigaciones, sentaron las bases de un nuevo enfoque para la gestión de pesquerías.

Los científicos David Conover y George Sugihara demostraron, en su trabajo de investigación, que los peces pueden evolucionar muy rápidamente y que los seres humanos son la causa de importantes cambios evolutivos en los peces. Estos científicos señalan que en la actividad pesquera se tiende a capturar primero a los ejemplares adultos más grandes y que el exceso de actividad pesquera provoca una reducción de los individuos de mayor tamaño de la población. De esta forma, con la pesca se está involuntariamente seleccionando aquellos peces de tamaños más pequeños, los cuales tendrán más probabilidad de reproducirse; es decir, la pesca estaría realizando una selección artificial que influiría sobre la evolución genética de los peces.

Estos investigadores afirman que esto no es lo ideal, puesto que podrían ir desapareciendo los "buenos genes" de aquellos grandes ejemplares con mayor fecundidad y capacidad de reproducción. Dicen que los grandes peces del pasado han desaparecido, sin embargo creen que dicha situación se podría revertir si se tomaran medidas de gestión pesquera apropiadas.

Los científicos estadounidenses también creen que la disminución en el tamaño y edad de los individuos es la razón por la cual las poblaciones explotadas se vuelven cada vez más variables y pueden fluctuar más en el tiempo, lo que las pone en un mayor riesgo de colapso. Esto es debido a que una actividad pesquera prolongada deja como resultado un amplio sector poblacional integrado por individuos muy jóvenes que son menos capaces de lidiar con problemas medioambientales (situaciones naturales adversas como reducción de alimento, temporales, catástrofes naturales…) que los ejemplares adultos.

Esto sugiere que la industria pesquera necesita ser gestionada no sólo para mantener un nivel determinado de volumen de pesca o de nivel total de biomasa, sino también para conservar una cierta estructura de edades en las reservas de peces.

PROTEGER A LOS GRANDES

Las consecuencias prácticas del trabajo de estos investigadores son claras. La normativa vigente de la pesca sobre límites de tamaño mínimo para proteger los peces más pequeños debe cambiarse, ya que afirman que son los peces más grandes y con más edad los que deben protegerse, ya que son estos los que estabilizan la población y proporcionan "más y mejor calidad de descendencia", y no al revés.

Esta afirmación, que nos podría parecer controvertida, no ha sido formulada a la ligera. Si trasladamos esta teoría a tierra firme, podemos pensar en una granja de cría de animales. Por ejemplo, sabemos que las explotaciones ganaderas mantienen y seleccionan aquellos ejemplares reproductores más grandes y fuertes, los cuales mantienen una producción constante de animales permitiendo la viabilidad económica de la granja. Si volvemos al medio marino, de forma análoga a lo que pasa en una explotación ganadera, deberíamos mantener sin pescar aquellos grandes peces reproductores que actuarán de garantes de la regeneración de las poblaciones. Por desgracia, en el mar estamos precisamente haciendo todo lo contrario.

Ya tenemos ejemplos prácticos de la protección de especies marinas adultas reproductoras en algunas pesquerías de EEUU. Estos son los casos de los grandes atunes rojos del Golfo de México (donde se utilizan anzuelos "flexibles" en las pesquerías de palangre de superficie) o la pesca de la langosta americana del Estado de Maine, que dispone de una talla máxima de captura para proteger a los súper reproductores.

La propuesta de estos científicos pasaría por cambiar las reglas comerciales para exigir a los pescadores que capturen peces más pequeños y medianos. Lo cierto es que, con el enfoque de gestión tradicional, a pesar de los grandes esfuerzos destinados a la erradicación de la pesca y comercialización de inmaduros, ha sido prácticamente imposible a fecha de hoy acabar con este problema.

Luchar contra esta tendencia sólo es posible destinando ingentes cantidades de dinero en medidas de control en puertos, lonjas, comercios, controles de transportes en carreteras, etc… Medidas que se han demostrado hasta la fecha ineficaces para frenar la captura de inmaduros.

Para conseguir la protección efectiva de peces adultos reproductores, las reservas marinas pueden ser la mejor herramienta, aunque también se pueden adoptar medidas técnicas de selectividad específica en los artes de pesca a fin de permitir la fuga de los grandes ejemplares (dispositivos de escape para grandes peces y otros animales marinos dispuestos en los artes de arrastre, los conocidos como Fishbox, fisheye, TED…) .



12 comentarios:

  1. He leído varios estudios que venían a decir lo mismo, de hecho si hacemos una comparativa con la acuicultura vemos que pasa lo mismo. Los grandes reproductores son los que gozan del mimo de la compañía y obtienen un mayor rendimiento vendiendo los ejemplares pequeños dejando para la cría los adultos. Esto no lo hacen así por que sí, está sumamente estudiado para sacar un mayor rendimiento, al fin y al cabo es lo que interesa.

    Buen artículo, muchas gracias por compartirlo.

    Un saludo.

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    1. Hola Sergio,

      Es así, una hembra al doblar su tamaño produce 8 veces mas huevos y si cuatriplica su tamaño produce 64 veces más huevos, además estos huevos son de mejor calidad y producirán alevines con más posibilidades de sobrevivir.

      Saludos.

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  2. Dadas las actuales circunstancias,que apenas hay peces ni algas,yo que también soy pescador propongo unas veda total en determinadas zonas costeras durante unos cinco años.pero cuando digo veda me refiero tanto deportiva como profesional,y tanto en costa como hasta el limite de aguas internacionales.por ejemplo,yo que soy de Asturias dividir la costa entres partes y así ir dotándolas.controlar muy mucho lo que las grandes industrias vierten,que lo hacen,aunque digan que no.ya se que es muy heavy,pero hoy cansado de ir de pesca y volver de vacio

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    1. Hola Norber,

      Coincido contigo en que algo así se debe de hacer. Tener grandes zonas vedadas a todo tipo de pesca (y bien vigiladas)durante años. Estoy seguro de que en las zonas no vedadas al cabo de no muchos años se produciría un aumento espectacular de la pesca y sería beneficioso para todos a la larga.

      Saludos.

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  3. Gracias por el articulo, esta mui bueno.

    És verdade aquil que se dice aqui mas para mi se deberia regulamentar las capturas en quantidade por la pesca ludica, dos capturas diárias, mas esso no resolve el problema, lo principal problema esta en las capturas profissionales, aqui por el norte de Portugal se puede ver cada dia los profissionales e artesanales a salir del mar con robalos de 6, 7, 8 e mas kilos, en quantidade, esso si es un problema, non me parece que la pesca ludica possa ser un probleme para la sustentabilidade del mar.

    Enhorabuena per el blog, mi a gustado mucho!

    Saludos

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  4. Hola Armando,

    Muchas gracias a ti por pasarte por el blog. Estoy de acuerdo contigo en que la pesca deportiva tiene un impacto mínimo comparando con la pesca profesional, pero en el caso de las reservas yo también prohibiría la pesca deportiva. Pero bueno, lo rpimero sería que existiesen esas reservas que por el momento son inexistentes jeje..

    Saludos.

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  5. miedo me da. mas con los anormales que nos gobiernan y gobiernan en otros paises, s2 caborno

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  6. Pues si Vitu,se puede esperar cualquier cosa. S2

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  7. el articulo es muy bueno pero yo en estes temas de numeros de especies y cambios climaticos lo siento pero no creo mucho.ya se que puede ser una ignorancia por mi parte pero yo quiero creer que se equivocan mucho.tengo la experiencia de los biologos marinos de estas zonas y antes de empezar las campañas te dan una cantidades a la alta o a la baja que nunca nada tienen que ver con la realidad.yo creo que en especies migratorias a lo mejor si se puede hacer una estimacion un poco veraz pero en el resto te digo que nada de nada.es mi forma de verlo y a lo mejor estoy equivocado pero pienso que la solucion de las especies que de verdad estan en peligro es el cierre total mientras no den muestras de haber aumentado en numero.en el resto lo que hay que aplicar es la ley con todas sus consecuencias y al que se pase pues que lo manden para perejil.un saludo fenomeno.

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  8. Que tal Gabi,

    Saber el número exacto o aproximado de peces de una determinada especie es imposible, por eso cuando se hacen predicciones sobre algo de esto, suelen equivocarse. Pero lo que si que se puede saber es si hay muchos más o muchos menos peces que hace unos años.

    Por ejemplo, se puede contar como cambia el número de peces que caen en un palangre de 100 anzuelos con los años. Eso lo hicieron en un estudio que vi hace tiempo y los resultados en 20 años eran increibles. Por eso si predicen que una especie se acaba en 40 años, a lo mejor no lo hace en 40, lo hace en 80, pero la tendencia es a acabarse.

    Algún día habrá que tomar las medidas que dices, cuanto más tarde las tomen más duras serán! jeje..

    Saludos!!

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  9. El artículo no tiene desperdicio!!

    Gracias por compartirlo.

    Saludos

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